El sol nació hace unos 4500 millones de años de una nebulosa donde podrían haber nacido miles de estrellas. El sol es una estrella mediana y por tanto relativamente longeva, las más masivas puede que estén ya muertas y las menos masivas vivirán más tiempo que el Sol.
Nuestro Sol es una estrella solitaria, lo que la convierte en una especie de "bicho raro" estelar, lo que se suma a otras características fuera de lo normal, como es la distribución de sus planetas, que difiere en todo lo visto en otros sistemas, y la falta del que se considera la clase de planeta más común en la galaxia, las llamadas SuperTierras. Sin embargo, los astrónomos consideran que es de lo más plausible que el Sistema Solar naciera dentro de un sistema binario, con una compañera gemela, otro "Sol", que en algún momento y por algún motivo, rompió los lazos gravitatorios y nos dejó solos.
Pero…
¿En qué lugar de nuestra galaxia se formó el Sol? ¿Dónde están las “hermanas del Sol”? ¿Tienen planetas esas estrellas? ¿Podrían albergar vida?
En 1984, se propuso en la revista Nature la hipótesis Némesis, que afirma que en los confines del Sistema Solar el Sol está acompañado por otra estrella llamada Némesis.
La hipótesis Némesis de los astrónomos Marc Davis, Piet Hut y Richard A. Muller propone la existencia de una estrella compañera del Sol, una enana marrón, pequeña y oscura, que cada 26 millones de años atraviesa la nube de Oort provocando una intensa lluvia de cometas sobre la Tierra, provocando extinciones masivas de los seres vivos.
El telescopio espacial infrarrojo WISE (Wide-field Infrared Survey Explorer) de la NASA, lanzado en el año 2009, ha buscado la estrella Némesis con tesón y no la ha encontrado. En marzo de 2014 los datos del telescopio WISE descartaron que en el Sistema Solar exista un planeta más grande que Saturno más allá de Plutón, lo que implica que tampoco existe ninguna estrella como Némesis.
Ello no quita que los astrónomos estén buscando otras estrellas «hermanas» del Sol a cientos de años luz de distancia, mucho más allá de los confines del Sistema Solar, podrían estar incluso al otro lado de la galaxia.
HD 162826, LA PRIMERA ESTRELLA “HERMANA” DEL SOL DESCUBIERTA
En 2014 (I. Ramirez et al., “Elemental Abundances of Solar Sibling Candidates”, The Astrophysical Journal 787: 154, 01 Jun 2014) se publicó el hallazgo de la primera estrella «hermana» del Sol. Esta estrella se encuentra a 110 años luz de distancia de la Tierra y fue descubierta por un equipo de astrónomos liderados por el peruano Iván Ramírez, de la Universidad de Texas en Austin (EE UU).
Esta es la primera «hermana» del Sol que se descubre y se encuentra en la constelación de Hércules, cerca de la estrella Vega de la constelación de la Lira. La estrella HD 162826 (HR 6669) tiene una masa un poco mayor que el Sol, un 15% mayor pero no es visible a simple vista, pues su magnitud aparente es de 6,5.
¿Qué estudios han realizado los científicos para sostener que esta estrella es una hermana del Sol?
Iván Ramírez y sus colegas han estudiado la composición química y el movimiento de la estrella.
La composición química de la estrella HD 162826, presenta una abundancia química de hierro, oxígeno, silicio, calcio, escandio, titanio, cromo, manganeso, cobalto, níquel, sodio, aluminio, vanadio, itrio y bario que es casi idéntica a la del Sol. También han demostrado, por su movimiento y usado simulaciones por ordenador que hace unos 4500 millones de años se encontraba muy cerca de la posición que tenía entonces el Sol. Por tanto, pocos astrónomos dudan que HD 162826 sea la primera estrella «hermana» del Sol que se ha observado.
HD 186302, UNA “HERMANA GEMELA” CASI PERFECTA
Este hallazgo, en 2018, ha sido posible gracias al proyecto AMBRE (V. Adibekyan, P. de Laverny, A. Recio-Blanco et al.; “The AMBRE project: searching for the closest solar siblings”, Astronomy & Astrophysics, 16 de noviembre de 2018).
Esta estrella está en la constelación del Pavo (constelación del hemisferio sur) y tiene una magnitud aparente de 8,76, por lo que no es visible a simple vista.
Los investigadores han realizado una búsqueda de posibles hermanos del Sol a través de los datos recogidos por diferentes instrumentos del Observatorio Austral Europeo. A partir de ahí, fueron capaces de obtener los parámetros estelares y composición química de cientos de miles de posibles estrellas hermanas del Sol. Esto, en conjunción con los datos de la sonda Gaia, publicados en su segundo catálogo, permitió determinar la edad y movimiento de esas estrellas.
En total, 230 000 estrellas fueron analizadas. Solo una, HD 186302, ha resultado ser una hermana de nuestra estrella. Es una estrella de tipo G3 (el Sol es de tipo G2V) a unos 184 años-luz de la Tierra. De hecho, no solo es una hermana, todo apunta a que en realidad HD 186302 es una hermana gemela. Tiene una composición química, edad, tamaño y masa muy similares a los del Sol. Esto lo hace todavía más interesante.
HD 186302 pudo ser, en algún momento, compañera del Sol en un sistema binario. Pero, si no fuese así, aunque solo fuese una hermana del Sol por haberse formado en la misma nebulosa, sigue habiendo posibilidades interesantes. La vida podría haber viajado entre los planetas de las diferentes estrellas que se formaron en ese cúmulo abierto. El proceso no es imposible. Teóricamente podría funcionar y HD 186302 resulta enigmático en ese sentido.
Porque, y así lo recogen los investigadores, hay probabilidades de que la vida se pudiese esparcir desde la Tierra a otros sistemas planetarios. Al menos durante el período del Bombardeo Intenso Tardío. Si es así, cabe una posibilidad muy exótica. HD 186302 podría tener vida. Suponiendo, claro está, que tenga un planeta, que sea rocoso, que esté en la zona habitable y que, finalmente, recibiera la vida de la Tierra.
"Como no hay mucha información sobre el pasado del Sol, estudiar estas estrellas hermanas puede ayudarnos a comprender en qué lugar de la galaxia y en qué condiciones se formó el Sol", señaló en un comunicado Vardan Adibekyan, astrónomo del Instituto de Astrofísica y Ciencias del Espacio de Portugal, quien lideró la investigación.
De momento, lo único que sabemos es que los estudios van a seguir en torno a HD 186302. Los investigadores ya están planeando en detectar planetas a su alrededor. Cabe la posibilidad de que allí encontremos un planeta que pueda ser gemelo de la Tierra. Sería muy interesante. Pero hasta entonces, solo podemos esperar y dejar volar la imaginación. ¿Qué descubrimientos nos esperan sobre HD 186302? Seguro que no es la última vez que oímos hablar de esta estrella…